Noticias | CINCO PRINCIPIOS BÁSICOS PASSIVHAUS
Una construcción que mantenga un óptimo aislamiento térmico mantiene el calor durante los meses de frío y evita la entrada de calor en los meses de verano. Para conseguir esto, es esencial que el diseño y la ejecución de las paredes exteriores, la cubierta y el suelo cumplan con unos requisitos mínimos.
Unas ventanas orientadas de manera estratégica y que aseguren un alto aislamiento, son un elemento básico para la optimización de la energía que nos proporciona el sol.
Las puertas y ventanas pueden ser uno de los puntos débiles de una vivienda, por lo que su calidad, ubicación y una correcta instalación son fundamentales para cumplir con el estándar de una vivienda eficiente.
Los sistemas de ventilación Passivhaus o SVC (Sistema de Ventilación Controlada) proporcionan una renovación continua y controlada del aire interior de la vivienda, consiguiendo un aire fresco, sin polen ni polvo, gracias a un sistema de filtros que depuran el aire.
Además, la eficiencia energética está asegurada a través de la recuperación térmica. Ésta consigue atemperar el aire que se introduce en la vivienda aprovechando la energía calorífica del aire que se extrae antes de expulsarlo al exterior.
Las casas pasivas están diseñadas para evitar fugas en la envolvente del edificio, lo que aumenta la eficiencia energética, impidiendo las corrientes de aire y la creación de humedades.
Evitar los puentes térmicos, o dicho de otra forma, conseguir la ausencia de puntos débiles de la envolvente del edificio, contribuye a que el interior de la vivienda tenga un ambiente saludable y proporciona una excelente sensación de bienestar. Esto no solo nos previene de la tan molesta condensación, que da pie a humedades, sino que además mejora la eficiencia energética de la vivienda, colaborando a un ahorro de consumo que impacta directamente en nuestra factura energética.